Este
fin de semana hemos visitado el caserío Landetxo Goikoa en Mungia con las
Jornadas Europeas de Patrimonio y organizado por Astiunerako Udal Erakundea, Ayuntamiento
de Mungia. Es uno de los caseríos tardogóticos mejor conservados de Bizkaia.
Aproximadamente
en 1510 la familia Landetxo construyó uno de los primeros caseríos de Euskal
Herria en el lugar donde residían desde tres
siglos atrás.
Cuatro
siglos después, en 1999, el Ayuntamiento de Mungia y la Diputación de Bizkaia
encargan a un equipo su reconstrucción: se decidió desmontarlo totalmente y en
el proceso apareció el Landetxo original, una magnífica construcción, de gran
complejidad técnica.
Se
ordenaron las piezas, reparándose una a una, y se sustituyeron las que
faltaban; las vigas, pilares y tablas presentaban ranuras, señales y marcas que
mostraban cómo pudo ser la casa en su origen.
El
Eguzki Lore en la puerta, el nido de golondrinas en el pórtico, el fuego y el
carbón en la cocina, la hoz, el hacha, la herradura... son elementos que
tuvieron una función simbólica y mágica. Landetxo
Goikoa
alberga diversas exposiciones y entre ellas tendremos la oportunidad de conocer
las creencias que giran en torno a los objetos de uso cotidiano.
El
Baserri es una construcción pensada para la producción y para vivienda. Un muro
cortafuegos separa a los humanos de los animales.
Las
huertas y campas, a salvo de las crecidas del río, forman parte de la casa.
Esta se construye como un hórreo para guarda del grano y de los frutos. Incluso
el hogar y chimenea tienen una misión práctica y funcional. En torno al fuego
gira la vida de todos los de la casa,“etxekoak”,
una vivienda que quiere mostrar al pueblo el estatus de sus moradores.
La
galería y sus ventanas además de su función práctica muestran el nivel de Otxoa
de Landetxo. Incluso en la cocina, es evidente el deseo de mostrar su opulencia
al mundo.
En
Landetxo Goikoa se usaron depuradas técnicas arquitectónicas, seguramente
importadas de Europa Central, y muy adelantadas para la época y el lugar.
Una
arquitectura basada en el roble como material central y en el que las piezas
encajan como en un puzzle previamente diseñado.
En
la visita guiada un video con infografías en 3 dimensiones y una exposición nos
muestran lo hermoso de su construcción y la elaborada reconstrucción del
Baserri, pieza a pieza, procediendoy
trabajando la madera igual que hicieron aquellos constructores 500 años antes.
En
Landetxo se inventa el caserío, la casa vasca (“etxea”) sin modelos
precedentes.
Un
tipo de arquitectura popular que fue muy imitada posteriormente.
A
finales del XV terminaron las guerras de bandos en Euskal Herria: las casas se
podían hacer para durar, sin que fueran destruidas.
Fue
entonces cuando el campesino Otxoa, de la zona de Landetxo, construyó esta
extraordinaria casa.
Era
un labrador con intención de ser “hidalgo” que se reivindicaba de igual estatus
que los señores y los nobles. Un campesino que representará a los baserritarras
de Mungia en la jura bajo el árbol de Gernika en 1516.
Y
como en aquella época la casa proporcionaba el apellido, construyó “Landetxo”
para dar muestra de su estatus, de su hidalguía frente a nobles y señores,
tanto en Bizkaia, como fuera de ella. Un hecho insólito hasta entonces en
Europa.
Fuente: Mungia Udala. Más información: Izenaduba Basoa
Fuente: Mungia Udala. Más información: Izenaduba Basoa
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